viernes, enero 20, 2006

¿El sueño bolivariano es una pesadilla?

Yo no quería entrar en el asunto, mis cero lectores, pero he visto, someramente, que hay muchos pendejos celebrando que haya llegado al poder en Bolivia Evo Morales (háganme el refabrón cabor, Evo). Hay muchos que ya celebran este supuesto renacimiento de las izquierdas en América Latina. La verdad, yo no sé si haya mucho que celebrar. Sólo hay que ver cómo se desató la corrupción en el gobierno de Lula, en Brasil, para darse cuenta que no es algo de lo que se pueda sentir orgulloso cualquiera. A menos que, a la López Obrador, uno simplemente se desentienda, y diga Es que no puedo vigilar a todos. En Chile eligen a una mujer presidenta. Y la esperanza, en la ciudad de la esperanha, es que este año llegue López Obrador a la Presidencia, y con ello el continente se habría movido, supuestamente, hacia la izquierda. Pero la desinformación de estos nuevos izquierdosos no sólo es palpable. Es insultante. Todo ellos ven, por ejemplo, en Hugo Chávez, el pira-presidente de Venezuela, un héroe, una suerte de caudillo que... hasta hueva da hablar de semejante cretino manipulador. La estrella de Fidel Castro parece resurgir de sus cada vez más oscuras cenizas y el sueño bolivariano (¿alguien puede llamar sueño a una pesadilla? Hay que ser pendejo redomado para ello) parece hallarse a la vuelta de la esquina.

Yo no sé a quién pueda entusiasmar esto, pero a mí no.

Nada más para que se den cuenta de lo desinformada que anda esta nueva izquierda latinoamericana, resulta que Evo Morales realizó una gira internacional con no sé que pinches fines tarados o para obtener qué, pero el colmo de esta gira fue su visita a China. Sí, a China. No la China de Mao (© y ™ marca registrada, de pincheschinos.blogspot.com), la otrora comunista, sino la China pirata, la que se roba cualquier producto, desde autos, televisores, zapatos, video juegos, hasta sarapes de Saltillo, guayaberas, y artesanías mexicanas. El tarado de Evo Morales —a quien una gran cantidad de universitarios desnorteados, y que nada saben de la vida y sí de vejestorios marxianos, y han de estar dispuestos a rendirle culto inmediato como el nuevo dios o semi dios de la izquierda— ha de haber supuesto que esta China es la misma que dejó Mao. Pero la verdad es que no.

Esta pinche China de ahora es una nación abusiva, que no respeta la creatividad ajena, que está dispuesta a pasarse por sus huevotes tan azules todas las reglas de convivencia internacional conocidas o por conocerse, alegando que ellos sólo se inspiran en la tecnología foránea para desarrollar sus propios productos. Eso se llama piratería, chinga-quedito, abuso y robo en despoblado. No hay quien meta en orden a los pinches chinos, y el idiota de Morales ya quiere entrar en tratos con estos abusivos de cagada. Al rato, hasta los indígenas bolivianos van a resultar pirateados, o mejor aún, se van a robar el experimento de algún otro y van a presentarlo como propio.

Por si alguien no se ha enterado, estos pinches chinos mentirosos ahora nos dicen que un navegante chino llegó antes que Colón a América, que el Everest ya no mide lo mismo de antes, y además, estos cabrones están vendiendo terrenos en la Luna a través de una empresa llamada Embajada Lunar. ¿Cuándo llegaron a la Luna los chinos como para vender siquiera piedritas? Y con estos cabrones quiere entablar relaciones de negocios el pendejo de Evo Morales. Al rato los indios bolivianos van a estar más muertos de hambre que ahora porque los pinches chinos se van a piratear todas sus artesanías, ¿y todo por qué? Por un pendejo que cree que el capitalismo es lo peor. No, lo peor es creer estas pendejadas y andar por el mundo propalándolas.

Allá quienes piensen votar por candidatos de izquierda, o de izquierda demócrata-cristiana. Yo nomás les aviso desde ahora para que luego no salgan chillando.

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