martes, junio 06, 2006

Bach y Mozart para empezar

Mis estimados cero lectores, si tuviera que resumir toda la civilización occidental de los últimos 500 años, no dudaría en hacerlo a través de quienes representan sus más altas cumbres: Mozart y Bach. Ellos representan todo lo que la humanidad puede construir y todo a lo que aspira el hombre. Son, en pocas palabras, nuestros mejores y más sublimes representantes. Otros genios como Dante, Shakespeare, Cervantes, por grandes que sean, no alcanzan la estatura de estos dos enormes genios, que representan la carne y el espíritu de la humanidad entera. Y justamente, a propósito de ellos, deseo compartirles un descubrimiento que espero les resulte atractivo.

Recientemente La Jornada, los voceros de la izquierda ideológica en México, ha sacado al mercado una colección de discos de música clásica. Cuando la vi pensé que se trataba de otra colección más, como muchas otras que reciclan viejas grabaciones de orquestas de segunda o tercera categoría de las extintas repúblicas socialistas de la Europa del este, algo común, por ejemplo, a las viejas colecciones de Selecciones del Reader’s Digest. La colección empieza con Mozart y Bach, justamente. Pero lo que llamó mi atención fue, primero, que no es una colección en cajitas de plástico, como varias que han salido (algunos de ustedes recordarán una similar que sacó Novedades, cuando existía), sino en un atractivo diseño en forma de libro. Segundo punto, y es el que me importa señalar, los intérpretes. En lugar de alguna oscura orquesta de la extinta República Popular Socialista Checoslovaca (o como se llamara antes) y de la extinta RDA, me sorprendió ver, en el disco de Mozart los nombres de Jos van Immerseel y la orquesta Anima Eterna, y en el de Bach, el de Café Zimmermann. Para los que no sepan, Café Zimmerman es una de las nuevas orquestas con instrumentos históricos más notables de los últimos años. Han grabado, entre otras cosas, las concerti de Charles Avison, basados en las sonatas de Scarlatti, en una magnífica interpretación (pueden escucharla en Otto Baroque Clasique, una magnífica estación de música clásica, principalmente barroca, por Internet) para el sello Alpha, uno de los mejores que hay hoy en día. Cafén Zimmermann interpreta en este disco de apertura el Tercer concierto de Brandemburgo (mi favorito, que en el folleto aparece como de Brandeburgo, y supongo que si le busco hallaré otras por el estilo), maravillosamente interpretado (aunque de repente, en las partes del violín solo, en el segundo movimiento, suena un poco rústico; sigo prefiriendo la versión de la Camerata del siglo XVIII para MDG); luego siguen con un Concierto para dos violines en re menor BWV 1043 (uno de mis favoritos de los concierto de Bach para violín, pues siempre he sentido una particular inclinación por las tonalidades descendentes) interpretado con una limpieza en verdad enviadiable (hay versiones de este concierto con Rachel Podger en Sony, con Andrew Manze en Harmonia Mundi, entre otras recomendables); luego prosiguen con la Suite en do mayor de las célebres Suites orquestales (la mejor interpretación que he escuchado, y creo que hasta ahora insuperable en casi todo: sonido, interpretación, equilibrio, billo, es la de Nikolaus Harnoncourt y el Concentus Musicus Wien, en Teldec, probablemente ahora inconseguible, gracias a los genios de Warner México que ya no traen nada de Teldec ni de Erato), y concluyen con el bellísimo, casi sublime Concierto para oboe y violín en do menor BWV 1060 (una magnífica versión alternativa está con Fabio Biondi y su Europa Galante, en Virgin), el cual es en realidad una transcripción inversa, es decir, se conserva la versión transcrita por el propio Bach para clavicémbalo y cuerdas (la mejor versión de esta transcripción es de Rinaldo Alessandrini y su Concerto Italiano, para Opus 111), de la cual se re-trascribió a lo que los musicólogos suponen es la versión original, de la cual no existe manuscrito. La interpretación es comedida, equilibrada, aunque según yo tiene algunos detalles que no terminan de convencerme (es curioso, pero esta versión original, si así se le puede llamar, siempre me ha parecido menos brillante y emotiva que su transcripción para clavicémbalo. Cosas de uno).

Mientras escribo esta nota, escucho la impresionante versión de Van Immerseel y las dos últimas sinfonía de Mozart, la 4o y la 41, que a través de su alada orquesta resultan asombrosamente conmovedoras, pero también pavorosamente transparentes y emotivas. En particular, la 41 es verdaderamente impresionante. Desde las versiones de Harnoncourt no escuchaba una versión tan meticulosa, tan limpia, tan respetuosa, y tan apabullantemente elocuente y vibrante. Toda una experiencia auditiva. Immerseel es un pianista y director de orquesta que ya había grabado los conciertos para piano de Mozart hace algunos años para Channel Records, además de Schubert, Buxtehude (un disco con cantatas verdaderamente magistral), y en Sony una Novena de Beethoven que quita la respiración y sus cinco conciertos para piano. Y al menos en México, estas grabaciones, además de difíciles de hallar, suelen ser muy caras. Gracias a esta edición de La Jornada, que por una vez dejó a Marx en el escritorio, y Aguilar, es posible escuchar versiones no sólo dignas sino verdaderamente vivas, llenas de gracia y emotivas, vibrantes y apasionantes, a un precio ridículo: $ 50.00, es decir, un poco más de 3 euros, casi 4 dólares. ¡¡De verdad que en ningún lugar del mundo!!

Para muchos de ustedes tal vez se trate de su primer colección de discos, pero créanme, vale la pena, y vale su precio en oro. La serie promete, además versiones de colección que tal vez ustedes no comprarían ni por equivocación: Las 4 estaciones de Vivaldi con la Akademia Bizantina, El cascanueces de Chaikovsky, con Anima Eterna, La música acuática y la Música para los reales fuegos de artificio de Handel con Le Concert Spirituel (probablemente interpretados más a la francesa que a la inglesa, como lo hizo Jordi Savall hace algunos años, en una elegantísima versión), y Madrigales (no dice cuáles) de Monteverdi, con la Venexiana. Esto en cuanto a las orquestas con instrumentos de época. En cuando a las orquestas tradicionales, están la Philarmonia, con Fürtwangler y la Novena de Beethoven, la Orquesta Sinfónica de Madrid, y las sinfonías 3 y 4 de Mendelssohn, la Filarmónica Checa y Vaclav Neumann, con la Quinta de Mahler, y como para coronar un pastel de magnífica hechura, está La noche transfigurada de Schönberg con la Tapiola Sinfonietta. Por supuesto, yo habría seleccionado algunas otras grabaciones para las obras del siglo XX (la versión de Schönberg está perfecta, pero Bartók ameritaba algo más que una orquesta checa). O sea, en otras palabras, Aguilar México requiere, o requeriría, una seria asesoría en materia musical y en lo referente a selección de orquestas, por no hablar de las fallas en la redacción y corrección, y no me refiero únicamente al Brandeburgo ya señalado, sino a buscar a un especialista mexicano. ¿Por qué recurrir a españoletes que escriben para otros españoletes? ¿No tenían el teléfono de Juan Arturo Brennan, por ejemplo? Bueno... quien sabe, pudo haber sido peor: podrían haber elegido a Eusebio Ruvalcaba.

En fin. No digan que no les advertí a tiempo. No se van a arrepentir. ¡Vayan ya!

2 comentarios:

LaViejaPartitura dijo...

Bueno, bueno.. Aqui puedo presentir un alma inquieta y sobre todo apasionada por la música. Te invito a visitar mi blog (dedicado ampliamente a la musica y a como sacarle mas y mas provecho desde el pensamiento y la audición).

Voy a interiorizar bien este texto que has escrito y te aseguro que tendrás muy pronto noticias mías. Voy a escuchar las versiones que mencionas.

Un cordial saludo.
(www.ricardodelosrios.blogspot.com)

Anónimo dijo...

"Otros genios como Dante, Shakespeare, Cervantes, por grandes que sean, no alcanzan la estatura de estos dos enormes genios, que representan la carne y el espíritu de la humanidad entera".

Cada "rama" del Arte tiene su propio forma de expresión. Y esas formas son inconmensurables entre sí.
Hacer comparaciones entre dos artistas de una misma "rama" es un tanto osado. Pero cotejar dos artistas de diferentes "ramas" es, en el 99 % de los casos, al menos imprudente.
Y por demás enjuiciar de tal forma acerca de Shakespeare, Cervantes y Dante...
Me pregunto si realmente habrás leído a cada uno y en su respectiva lengua...
Un saludo.