miércoles, junio 14, 2006

En la muerte de Gyorgy Ligeti

Mis estimados cero lectores, esta semana casi todas las notas han sido sobre cuestiones de música. Hoy pensaba subir un post sobre asuntos de difusión de música en red, y en parte así será, aunque la nota adopta otro tono, un poco fúnebre, pues Javier Torres me informa desde Milán que el pasado lunes falleció el compositor húngaro Gyorgy Ligeti a la edad de 83 años. Ligeti es el compositor húngaro más importante de todos los tiempos, un extraordinario maestro que demanda del escucha -y no pocas veces del intérprete- una actitud totalmente abierta y desprejuiciada, demandando, como pocos, la total atención del escucha, lo que implica una educación musical rigurosa y depurada -no necesariamente académica. De parte de los intérpretes una depuradísima técnica interpretativa y una total entrega. Poco conocido fuera del ámbito estrictamente musical, Ligeti es un auténtico genio, uno de esos escasísimos ejemplos de músicos que en verdad han cambiado una época y una forma de escribir y concebir la música.
Para aquellos de ustedes que no se acercan mucho a la música clásica, es natural que el nombre de este gran hombre de música les sea totalmente desconocido, pero no lo es tanto; si recuerdan la música de la obra maestra de Stanley Kubrik, Odisea 2001 del espacio, podrán hallar allí música de este gran genio, igual que en Eyes wide shut, y en The Shining, que en México se llamó El resplandor, lo que demuestra la cultura musical de Kubrik al recurrir a uno de los músicos más importantes del pasado siglo.
Pero, ¿quién fue Ligeti? He aquí una brevísima semblanza de este genio indiscutible. Ligeti nació en 1923 de padres húngaros en una zona con predominio húngaro en la región de Transilvania, en Rumania. Su padre y su hermano murieron asesinados por los nazis. Adoptó la ciudadanía austríaca en 1967 después de huir de su país ex comunista. Sus estudios de música los inició en 1941 con Ferenc Farkas en el conservatorio de Cluj, Rumania, y continuó su preparación en Budapest. Pero en 1943, fue arrestado como judío y sentenciado a trabajos forzados por el resto de la Segunda Guerra Mundial. Después de la guerra, Ligeti retomó sus estudios con Farkas y Sandor Veress en la Academia Franz Liszt de Budapest. En 1957 recibió una invitación de Herbert Eimert para participar en un estudio de música electrónica en la radio estatal de Alemania Occidental y en 1958 recibió las primeras aclamaciones de la crítica por su composición electrónica Artikulation. Ligeti cobraría notoriedad por una técnica que llamó "micropolifonía", una combinación de colores y texturas musicales que trascendió las fronteras tradicionales de la melodía, la armonía y el ritmo.
La música de Ligeti se caracteriza por dos cualidades que me parecen de suma importancia, más allá de las cuestiones técnicas necesarias para su interpretación: una claridad apabullante, y una fuerza expresiva verdaderamente conmovedora, que puede llevar a la más honda reflexión, o a la más sincera y emotiva carcajada, es decir: es una obra tremendamente humana, pero que exige de cada uno lo mejor de sí mismo para acercarse a ella. En México ocasionalmente se suelen interpretar obras suyas, principalmente en festivales de música nueva, como el Manuel Enríquez, aunque el pasado sábado y domingo en la Sala Netzahualcóyotl se interpretó su Concierto para violín por parte de la Ofunam. Probablemente su obra más célebre sea Le Grand Macabre, una obra maestra de ironía y perfección musical que se interpretó en México por vez primera hace unos seis o siete años, no recuerdo bien, en el Centro Nacional para las Artes, en una versión para concierto. Una de sus obras que con cierta regularidad se escucha en la radio mexicana, en Opus 94, es su extraordinario Quinteto para clarinetes; otra obra fuera de serie lo constituyen sus Etúdes para piano, una obra exquisita y sorprendente, de enorme dificultad interpretativa.
Si ustedes, mis queridos cero lectores, nunca han escuchado la música de este extraordinario compositor, ésta es una buena ocasión para hacerlo. El único problema, incluso si se vive en Ciudad de México, es la escasa oferta de grabaciones en las tiendas discográficas -forget about Mix-Up. Tal vez en Casa Margolín, o en la tienda del Palacio de Bellas Artes, o con un poco de suerte en las librerías El Sótano o en Gandhi, en la sección de discos. Pero hay que tener realmente mucha suerte. Probablemente en Tower Records sea posible hallar por ahí algún disco perdido. Pero es poco probable.
Pero si tienen algún programa de descargas, allí está la solución. Con la versión del Lphant plus que mencioné en el post previo es posible hallar una muy buena cantidad de obras suyas, desde fragmentos hasta grabaciones completas, e incluso partituras. Mientras escribo este post ya bajé la partitura de la Musica ricercata y del Concierto para violín, en pdf. Pero hay muchas grabaciones que valen la pena. Sólo unos ejemplos, indicando el peso del archivo:

Atmospheres, completa, 10.26MB.
String Quartets, con el Cuarteto Arditi (el mejor cuarteto del mundo para música contemporánea; no se vayan con la finta del cuarteto Kronos, muy inferior pero muy bien promovido), completos, 220 MB.
Le Grand Macabre, completa, en dos discos (no dice qué intérpretes): dos versiones de 220 MB; otra de 236.92 MB; la versión de la Ligeti edition, vol. 8, 109.83 MB.
Poema sinfónico para cien metrónomos, completo, 23.4 MB.
Concierto para piano, violín, y violonchelo, con Boulez, 117.9 MB.
Continuum + Artikulationen, 123.67 MB.
Requiem + Aventures + Nouvelles Aventures, 181 MB.
Chamber Concerto + Ramifications + Cuarteto # 2 + Avetures + Lux Aeterna, 233.91 MB.

Sólo hay una forma de acercarse a esta música extraordinaria: escuchándola. No pierdan la oportunidad.

2 comentarios:

Gerardo de Jesús Monroy dijo...

Parecerá increíble, pero conocí la obra de Ligeti gracias a la radio de Monterrey y del D.F. Proviniendo, como provengo, de la ignorancia, la experiencia de escuchar sus creaciones sonoras fue irritante, provocadora; no ha dejado de asombrarme. Es algo raro (y casi triste) que alguien tan provocador como él pase algún día a formar parte de un "canon".

Sebastián dijo...

Le escribo desde El Quincenal de Hungria (http://www.quincenal.hu), una publicacion digital en espanol sobre asuntos hungaros. Nos gustaria publicar el articulo sobre Ligeti en nuestro proximo numero y contar con su correspondiente autorizacion.
Desde ya, muchas gracias,

Sebastian Santos
Editor
grupoeditor@quincenal.hu