martes, febrero 21, 2006

¿Alguien busca un violín barato?

Hace poco leía algo sobre las clases de música que Liliana Blum tuvo en la primaria o secundaria. Ya no recuerdo bien. El caso es que buscando otras cosas hallé una página en Internet donde se venden violines y arcos en general para melómanos de verdad. ¿Alguno de mis cero lectores le gustaría retomar su talento desperdiciado, o no sabe que hacer con ese pequeño excedente que su esfuerzo laboral ha producido? Yo les propongo que visiten esta magnífica página, cuyo enlace es el siguiente: http://www.westcountryviolins.com

Allí encontré, entre otros muchos violines, los dos siguientes, que son verdaderas maravillas, sólo para conocedores. El primero es una auténtica joya, empezando por el precio. Apenas ₤ 5’650,00. Como se ve en la siguiente foto, se trata de un magnífico violín fabricado por Joseph Aubry en 1928, cuyo estado de conservación es verdaderamente envidiable.


El otro es un magnífico violín más o menos de 1890, firmado por Geronimo Barnabetti, y que de acuerdo con West Country Violins es un instrumento que empieza a escasear. Las condiciones del instrumento son magníficas, y cuesta apenas la friolera de ₤ 1’275,00. ¡Una verdadera ganga!


¿Algún interesado? En la página web de West Country Violins hay, además, clips de cada violín, a fin de que el oído culto y exigente no se conforme sólo con las imágenes, sino con el exquisito sonido de cada violín.

Digo, a lo mejor alguno de ustedes no están conformas con sólo bajar música de Mozart gratis, y tal vez deseen interpretarla en un espléndido violín. Pues ésta es la oportunidad que estaban esperando. Recuerden que estos precios no incluyen los impuestos británicos, ni mucho menos los de nuestro país.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Maestro Recillas:
Le escribe el anónimo cobarde de los días 9 y 10. Tan hondo me calaron las reflexiones que tituló "Ubicación y experiencia del lenguaje" que no quise volver a abrir su blog; la verdad sea dicha, al acordarme de sus comentarios se apoderaba de mí la angustia. He pasado, pues, los días recientes encerrado, leyendo y escribiendo. Por otra parte, mi mente es mucho menos veloz que la suya. Algunos de sus renglones, algunos de sus párrafos son ya bastante para tener a mi lento cerebro masticando horas y horas y días, a mi espíritu tratando de hacer suyas cada una de esas palabras.
No me gusta ser descortés, quiero decirle mi nombre, para que, si vuelvo a escribirle, diga: "ah, ya, es este latoso..." Me llamo Gerardo N. y soy becario. De puritita vergüenza lo pongo así, como si alcohólicos fuéramos, porque me identifico, lo mismo que a casi todos mis contemporáneos, con los vicios que usted tan incisivamente describe.
Me encontré con su bitácora por una de esas asociaciones o traslados de la navegación cibernética tan azarosos como los de nuestros nervios. Creo que mi curiosidad es tan natural como la de cualquiera al querer saber quién escribe estas cosas; no me vaya a tomar por maniático, pero busqué su nombre en Yahoo y Google y creo tener ahora un dibujo más "corpóreo" sobre el autor del blog.
Iba a decir más, pero temo pasarme de aburrido. Lo dejo para otra ocasión. No debo postergar, sin embargo, dos notas para esta tarde. La primera: gracias, gracias, mil veces gracias por el enlace al sitio web de la Radiosymfoniorkestret. Ya bajé todo lo que se dejó (no pude descargar las sinfonías 34 y 41; ¿se debe a mis nulos conocimientos del idioma danés?). La segunda: en la respuesta que le dio a mi comentario, se disculpa con los teatreros por sus propias opiniones sobre la dramaturgia mexicana ("que me perdone quien tenga que perdonarme"). ¡No se disculpe! ¡Al contrario! Cierto personaje de Los Simpson les reclamaría: "Me han quitado media hora de mi vida y exijo que me la devuelvan". Y un amigo mío diría: "¡Que los perdone Dios! Porque yo no puedo".
Atte.:
Gerardo N., becario y lector (rara combinación).

José Manuel Recillas dijo...

Estimado Gerardo N., Gracias por el recado. Y no, nunca pienso que alguien que deje un comentario sea un latoso. Al contrario, en no pocas ocasiones es la oportunidad para reflexionar o retomar ideas o planteamientos que me resultan atractivos. No escribo tan rápido como parece, aunque me esfuerzo en ello.

Por otro lado, te agradezco los comentarios y el hecho de que mis palabras te haya puesto a pensar habla bien más de ti que de mí, pues no quiero pecar de cruzado o algo por el estilo.

Y respecto a lo de Mozart, yo creo simplemente que necesitas volver a intentarlo. A veces los servidores están muy llenos. Sólo sigue el procedimiento, creo que aun sin saber danés es relativamente fácil descargarlas. Es cierto que no son versiones de excelencia, pero el sonido es muy bueno, la orquesta es competente, y es una forma muy accesible para acercarse a Mozart en su año.

Mientras tanto, prometo que seguiré con las reflexiones en torno a estos asuntos literarios, en la espera de no defraudar a lectores atentos como tú.

Recibe un cordial saludo.

Anónimo dijo...

No, nadie busca un puto violin barato.

Anónimo dijo...

By midafternoon I had tied up at the manna on the canal that bisected Val's Halla.
------------------------
g5555d4o4o4u4h44vbc44gj4j4

Anónimo dijo...

apologetically.
------------------------
sdf6h9t8fg5cfgj5jt55cv55jy

Anónimo dijo...

"You like listening?" she said to Natasha, with a smile extremely

Anónimo dijo...

grew gradually weaker Pierre kept away from him. Pierre did not know
cheapest cialis

Anónimo dijo...

Denisov, having given his name, announced that he had to communicate
side effects of actos

Anónimo dijo...

above Loveland for five days or so.
singulair

Anónimo dijo...

Moscow and go nowhere? No, I won't let you off! Mademoiselle George
purchase zovirax 15g

Anónimo dijo...

If she was interested in me at all, he thought (and God knows why she would
metformin

Anónimo dijo...

it is useless to ask whether it is good or bad. It is good because
nizoral

Anónimo dijo...

Anna Pavlovna's presentiment was in fact fulfilled. Next day
elavil

Anónimo dijo...

articulated the French proverb deliberately.
prilosec