miércoles, diciembre 28, 2005

Un mensaje de esperanza

Mis queridos cero lectores, aunque el título de este post suene un poco cursi, se trata en realidad de un poema que les obsequio a manera de celebración de fin de año. Se le escribí a mi queridísima amiga Ivonne Gutiérrez, quien pasa por un momento de aflicción muy grande, y me pareció bueno ofrecerle unas palabras de esperanza en medio de la noche que vive ahora. Es un poema que trata de eso que, a falta de una mejor denominación, llamamos lo esencial.

No te preocupes, Ivonne, sabes que te quiero mucho y mientras te halles en ese insondable túnel de oscuridad, del que Garcia Lorca escribió una memorable imagen, encontrarás mi mano tendida, y mi corazón abierto.


Mirar la noche

Al asomarte al exterior se ve.
Pero hay que estar adentro, en el silencio propio,
al amparo del Verbo, ajeno al mundo.
El hombre, o los hombres, cree que sabe,
a la conquista sale y viaja solo
aunque muchos con él estén.
El tiempo de las cuevas no se ha ido,
no del todo. Rescoldos quedan,
y aquella noche inmensa
cubre la tierra entera aún.
Pero, ¿quién ve la noche hoy?
La Palabra no toca a todos,
a veces ni siquiera a quien la usa,
o dice usarla. Mirar la noche, entonces,
labor de quien está a solas,
entre palabra y exterior.
Asómate y ve.

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